Sinopsis:
La eucaristía es la conmemoración de la culminación
de la historia de la salvación, y se hace por voluntad expresa
de Jesús. Con ella se actualizó la celebración
de la pascua judía y es el símbolo de la Nueva Alianza
entre Dios y el hombre. Los que dicen que la Eucaristía no
es bíblica, deberían comenzar por conocer la Biblia
e ir a una eucaristía para confrontarla.
Bajar
este documento en formato MS WORD
UltRev:
20 de Marzo de 2010
"Del misterio pascual nace la Iglesia. Precisamente por eso la Eucaristía,
que es el sacramento por excelencia del misterio pascual, está en
el centro de la vida eclesial. Se puede observar esto ya desde las
primeras imágenes de la Iglesia que nos ofrecen los Hechos de los
Apóstoles: «Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a
la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones» (2, 42). La
«fracción del pan» evoca la Eucaristía. Después de dos mil años seguimos
reproduciendo aquella imagen primigenia de la Iglesia." (Encíclica
ECCLESIA
DE EUCHARISTIA)
Un ataque frecuente de los hermanos separados es que la Eucaristía
no está en la Biblia, lo que en realidad significa dos cosas:
que no conocen la Biblia y que no han ido a una misa, porque nada más
bíblico que la Eucaristía. Si usted se ufana de conocer
muy bien la Biblia vaya a una misa, y verá la tremenda riqueza
bíblica de ella.
Lo primero que debe señalarse es que la Biblia ordena celebrar
el nombre de Jesús:
"Ofrezcamos a Dios en todo tiempo, por medio de Jesús, el
sacrificio de alabanza, que consiste en celebrar su Nombre."
(Hebreos 13, 15)
Y eso es lo que se supone que debemos hacer los católicos en
todo momento mediante la Eucaristía: celebrar el momento de Jesús.
"1093 El Espíritu Santo realiza en la economía sacramental las
figuras de la Antigua Alianza. Puesto que la Iglesia de Cristo estaba
"preparada maravillosamente en la historia del pueblo de Israel y
en la Antigua Alianza" (LG 2), la Liturgia de la Iglesia conserva
como una parte integrante e irremplazable, haciéndolos suyos, algunos
elementos del culto de la Antigua Alianza:
– principalmente la lectura del Antiguo Testamento;
– la oración de los Salmos;
– y sobre todo la memoria de los acontecimientos salvíficos y de
las realidades significativas que encontraron su cumplimiento en el
misterio de Cristo (la Promesa y la Alianza; el Exodo y la Pascua,
el Reino y el Templo; el Exilio y el Retorno)." (Catecismo
de la Iglesia Católica)
Cuando Lutero se separa de la Iglesia, se mantiene en la concepción
Católica de la Eucaristía en lo relativo a la presencia
real, motivo por el cual romperá con Ulrico Zwinglio luego del
coloquio
de Marburgo, celebrado a instancia del Felipe de Hesse para unir
a los protestantes.
Qué bien expresa San Pablo el alcance de la Eucaristía: el que come
el cuerpo de Cristo indignamente se traga su propia condenación (1 Co
11,29). Y agrega en otra parte:
"La copa de bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre
de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de
Cristo? " (1Co 10,16)
La misa no es invento del catolicismo. Es la continuación actualizada
de la Pascua Judía con Jesucristo como Sumo Sacerdote en el cielo. El
detalle de cómo la misa actualiza la Pascua Judía conforme
las enseñanzas de Cristo puedes encontrarlo en el artículo
"La
Pascua Eterna" de Frank Morera. ¿Por qué la celebramos?
Porque fue instrucción expresa de Jesús. Nuestro Señor
dio la orden en la Ultima Cena: "Hagan esto en memoria mía." (Lc 22,
19).
Dice el Catecismo:
"1334 En la Antigua Alianza, el pan y el vino eran ofrecidos
como sacrificio entre las primicias de la tierra en señal de reconocimiento
al Creador. Pero reciben también una nueva significación en el contexto
del Exodo: los panes ácimos que Israel come cada año en la Pascua
conmemoran la salida apresurada y liberadora de Egipto. El recuerdo
del maná del desierto sugerirá siempre a Israel que vive del pan de
la Palabra de Dios (Dt 8,3). Finalmente, el pan de cada día es el
fruto de la Tierra prometida, prenda de la fidelidad de Dios a sus
promesas. El "cáliz de bendición" (1 Co 10,16), al final del banquete
pascual de los judíos, añade a la alegría festiva del vino una dimensión
escatológica, la de la espera mesiánica del restablecimiento de Jerusalén.
Jesús instituyó su Eucaristía dando un sentido nuevo y definitivo
a la bendición del pan y del cáliz." (ver
sección completa)
En la eucaristía, la transformación de la hostia en cuerpo
y sangre de Cristo no es simbólica, es real. Veamos cómo
el propio Jesús lo explica en el evangelio más elaborado
teológicamente de todos, el de San Juan. La escena es como sigue:
Jesús había dado de comer a la multitud multiplicando
los panes, entonces le dice a la multitud que busquen el pan de vida
eterna.
"Entonces le preguntaron: “¿Qué tenemos que hacer para trabajar
en las obras de Dios?” Jesús respondió: “La obra de Dios es ésta:
creer en aquel que Dios ha enviado.” Le dijeron: “¿Qué puedes hacer?
¿Qué señal milagrosa haces tú, para que la veamos y creamos en ti?
¿Cuál es tu obra? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto,
según dice la Escritura: Se les dio a comer pan del cielo.” Jesús
contestó: “En verdad les digo: No fue Moisés quien les dio el pan
del cielo. Es mi Padre el que les da el verdadero pan del cielo. El
pan que Dios da es Aquel que baja del cielo y que da vida al mundo.”
Ellos dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan.” (Jn 6, 28-34)
Ante esa petición, Nuestro Señor les enseña:
Jesús les dijo: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá
hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed. " (Jn 6, 35)
A sus oyentes les cuesta trabajo entender, pero Jesús no se
detiene ahí. Les ordena comer el pan bajado del cielo.
"Yo soy el pan de vida. Sus antepasados comieron el maná en
el desierto, pero murieron: aquí tienen el pan que baja del cielo,
para que lo coman y ya no mueran. Yo soy el pan vivo que ha bajado
del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que
yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo.” Los judíos
discutían entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer carne?” Jesús
les dijo: “En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del
Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come
mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré
el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera
bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo
en él. Como el Padre, que es vida, me envió y yo vivo por el Padre,
así quien me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del
cielo. Pero no como el de vuestros antepasados, que comieron y después
murieron. El que coma este pan vivirá para siempre. " (Jn 6,
48-58)
Allí ya no hay más metáforas. La expresión
es tan dura, que muchos de los que le seguían se marchan.
"A partir de entonces muchos de sus discípulos se volvieron
atrás y dejaron de seguirle." (Jn 6, 66)
Eso es la eucaristía, el cumplimiento de la Palabra de Jesús.
Lee completo el capítulo 6 de San Juan. No se repite el sacrificio
de Jesús, simplemente se proclama su continuidad, pues es Jesús
quien entra una vez al templo celestial intercediendo por nosotros como
Sumo Sacerdote llevando en sus manos su propia sangre. Es un sacrificio
de una vez y para siempre que no es posible agotar. Ya lo dijo El: "Hagan
esto en memoria mía" (Lc 22, 19), y así lo hacemos.
La eucaristía es la máxima expresión de oración grupal en el católico,
y es la ocasión propicia por excelencia para orar.
"No se edifica ninguna comunidad cristiana si no tiene como raíz
y quicio la celebración de la Sagrada Eucaristía: por ella, pues,
hay que empezar toda la formación para el espíritu de comunidad. Esta
celebración, para que sea sincera y cabal, debe conducir lo mismo
a las obras da caridad y de mutua ayuda de unos para con otros, que
a la acción misional y a las varias formas del testimonio cristiano."
(Decreto
Prebyterium Ordinis)
La participación del creyente tiene que ser activa, pues una oportunidad
única para el enriquecimiento de nuestra reflexión en la fe.
"En efecto, la Liturgia, mediante la cual se realiza la obra de nuestra
Redención, sobre todo en el divino Sacrificio de la Eucaristía, contribuye
en sumo grado a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten
a los demás, el misterio de Cristo y la genuina naturaleza de la verdadera
Iglesia. Tiene la Iglesia como propio carácter el de ser, a la vez
humana y divina, visible pero rica en realidades invisibles, ferviente
en la acción y entregada a la contemplación, presente en el mundo
y, sin embargo, peregrina; y todo esto de suerte que en ella lo humano
se ordena y subordina a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción
a la contemplación y lo presente a la ciudad futura, hacia la cual
nos encaminamos. Así es como, al edificar, día a día, a los que están
dentro de la Iglesia, para que sean templo santo en el Señor y morada
de Dios en el Espíritu, hasta llegar a la medida de la plenitud de
edad de Cristo, la Liturgia robustece, al mismo tiempo, admirablemente
sus fuerzas para predicar a Cristo y presenta así la Iglesia, a los
que están fuera, como enseña levantada en medio de las naciones, para
que bajo ellas se congreguen en «uno» los hijos de Dios que están
dispersos, hasta que no haya sino un solo rebaño y un solo pasto."
(CONSTITUCIÓN
SACROSANCTUM CONCILIUM SOBRE LA SAGRADA LITURGIA)
Reconoce la eucaristía como una ocasión especial de reunión con Jesucristo.
Por lo tanto, es ejemplo máximo de oración.
"Jesús expresó de forma suprema la ofrenda libre de sí mismo durante
la cena con los doce Apóstoles, en “la noche en que fue entregado”
(1 Co 11, 23). En la víspera de su Pasión, estando todavía libre,
Jesús hizo de esta última Cena con sus apóstoles el memorial de su
ofrenda voluntaria al Padre,437 por la salvación de los hombres: “Este
es mi Cuerpo que va a ser entregado por vosotros” (Lc 22, 19). “Esta
es mi sangre de la Alianza que va a ser derramada por muchos para
remisión de los pecados” (Mt 26, 28).
La Eucaristía que instituyó en este momento será el “memorial”438
de su sacrificio. Jesús incluye a los apóstoles en su propia ofrenda
y les manda perpetuarla.439 Así Jesús instituye a sus apóstoles sacerdotes
de la Nueva Alianza: “Por ellos me consagro a mí mismo para que ellos
sean también consagrados en la verdad” (Jn 17, 19). (Catecismo de
la Iglesia Católica, 610-611)
El católico debe integrarse a las prácticas propias de sus creencias.
En la santa misa, halla todos los elementos de la mejor de las oraciones,
pues en compañía de la comunidad y con la guía adecuada se acerca a
Dios.
"Todo compromiso de santidad, toda acción orientada a realizar la
misión de la Iglesia, toda puesta en práctica de planes pastorales,
ha de sacar del Misterio eucarístico la fuerza necesaria y se ha de
ordenar a él como a su culmen. En la Eucaristía tenemos a Jesús, tenemos
su sacrificio redentor, tenemos su resurrección, tenemos el don del
Espíritu Santo, tenemos la adoración, la obediencia y el amor al Padre.
Si descuidáramos la Eucaristía, ¿cómo podríamos remediar nuestra indigencia?"
(Encíclica ECCLESIA
DE EUCHARISTIA, N. 60)
Lee por favor la Encíclica ECCLESIA
DE EUCHARISTIA y dale a la Eucaristía todas las consideraciones
que puedas, pues es el máximo encuentro personal con Cristo.
"Al dar a la Eucaristía todo el relieve que merece, y poniendo todo
esmero en no infravalorar ninguna de sus dimensiones o exigencias,
somos realmente conscientes de la magnitud de este don. A ello nos
invita una tradición incesante que, desde los primeros siglos, ha
sido testigo de una comunidad cristiana celosa en custodiar este «tesoro».
Impulsada por el amor, la Iglesia se preocupa de transmitir a las
siguientes generaciones cristianas, sin perder ni un solo detalle,
la fe y la doctrina sobre el Misterio eucarístico. No hay peligro
de exagerar en la consideración de este Misterio, porque «en este
Sacramento se resume todo el misterio de nuestra salvación»." (Encíclica
ECCLESIA
DE EUCHARISTIA, N. 61)
Lee por favor el pequeño comentario al Apocalipsis
en este website, por cuanto la liturgia eucarística es la
clave para leer el último libro de la Biblia. El Apocalipsis
es un libro que se puede leer en clave litúrgica, término
originado en la palabra griega ("leitourgia") que sirve para
designar el servicio en el templo, concretamente el ritual concreto.
Es el término que Lucas utiliza cuando dice que Zacarías
terminó su servicio ("leitourgia") y regreso a casa,
mudo luego del encuentro con el con el ángel ("Al terminar
el tiempo de su servicio, Zacarías regresó a su casa, ...", Lc
1, 23).
Lecturas complementarias:
"LA
EUCARISTÍA en las Escrituras y en la historia de la Iglesia " (en
APOLOGETICA.ORG)
"El
Diácono en La Misa: Principios Generales" (Conferencia de Obispos Católicos
de Estados Unidos)
Página
sobre la Eucaristía en EWTN en español
El
Sacrificio de la Misa: ¿qué enseña la Escritura?
Directorio
sobre la piedad popular y la liturgia. Principios y orientaciones
Página
sobre la liturgia en corazones.org
"La
Pascua Eterna" (explicación bíblica de la Eucaristía)
"Normas
Para La Celebración y Recepción de La Sagrada Comunión Bajo Dos Especies
en Las Diócesis de Los Estados Unidos de América"
¿Por
qué ir a misa los domingos?
San
Pedro Julián Eymard, apóstol de la Sagrada Eucaristía
Comité
Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales
48°
CONGRESO EUCARÍSTICO INTERNACIONAL del 10 al 17 de Octubre de 2004 “La
Eucaristía, luz y vida del nuevo milenio” (Página Oficial)
Marie-Marthe-Baptistine
Tamisier, iniciadora de los congresos eucarísticos
Diccionario
de términos litúrgicos
En inglés:
United States
Conference of Catholic Bishops "Committee on the Liturgy"
"The
Institution of the Mass"
"The
Real Presence"
"Christ
in the Eucharist"
"Who
Can Receive Communion?"
"The
Sacrifice of the Mass"
|