Qué significa eso de que Jesús hablara de abandono de Dios en la cruz

Qué significa la frase de Jesús en la cruz «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado (Biblia de Jerusalén Latinoamericana, Desclée de Brouwer, 2007, Mt 27:46) El texto completo del versículo es:

«alrededor de media tarde clamó Jesús con fuerte voz: «¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?», esto es: «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?»»

Biblia de Jerusalén Latinoamericana, Desclée de Brouwer, 2007, Mt 27:46

De los cuatro evangelios, los de san Mateo y San Marcos(Marcos 15:34) recogen esa frase. Todo el Nuevo Testamento está en griego, de modo que la frase en arameo «¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?» está escrita con caracteres griegos (⸄ελωι ελωι⸅ ⸂λεμα σαβαχθανι⸃ según la edición 28 de Nestle Aland) y su traducción es la que allí consta («¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?» como indica Mateo 27:46).

Esa frase es el principio del Salmo 22, luego del epígrafe (encabezado) y es como sigue:

«¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Estás lejos de mi queja, de mis gritos y gemidos.»

Biblia de Jerusalén Latinoamericana, Desclée de Brouwer, 2007, Salmo 22:1

Es como cuando uno quiere recordarle a alguien una canción: arranca con ella para que los demás la sigan. Los enemigos de Jesús inmediatamente trataron de disfrazar la invocación al salmo 22 mediante la pregunta de si Jesús llamaba a Elías. Se lee en Mateo 27:47:

«Al oírlo algunos de los que estaban allí decían: «A Elías llama éste.»»

Biblia de Jerusalén Latinoamericana, Desclée de Brouwer, 2007, Mt 27:47

Típico de quienes no quieren que se escuche el mensaje de Dios: lo desfiguran.

El salmo 22 está en hebreo, como la mayoría de todo el Antiguo Testamento. ¿Por qué no citó Jesús el texto en hebreo? Es probable que ello se debiera al idioma hablado en Palestina: el arameo. Para que los oyentes escucharan el mensaje lo adecuado era usar el lenguaje común en vigor. El hebreo se dejaba a los espacios especializados. Ahora, ¿qué significa entonces ese clamor? Es una remisión al salmo 22, como hemos dicho. Parece un clamor de derrota pero no lo es. Es un canto de triunfo incluso en medio de la adversidad proclamado por un inocente quien, además, no pide castigo para sus perseguidores sino que se refugia en Dios, aunque compara a sus enemigos con fieras (versículo 14, eso significa que le tenían mucho odio). Se puede decir que es un salmo que resume a la perfección la Pasión de Nuestro Señor. Observe lo que se lee en los versículos 26 y 27:

«Tú inspiras mi alabanza en plena asamblea, cumpliré mis votos ante sus fieles. Los pobres comerán, hartos quedarán, los que buscan a Yahvé lo alabarán: «¡Viva por siempre su corazón!».»

Biblia de Jerusalén Latinoamericana, Desclée de Brouwer, 2007, Salmo 22:26-27

Esos son versículos de alabanza y de invitación al seguimiento de Dios. Habla de la entrega en Dios, incluso en los peores momentos dejando bien claro que a Dios no le alegra el dolor de los suyos, sino que, como un padre que acompaña a su hijo en todo momento, al final siempre está el Señor aunque eso no resulte evidente para el común de los mortales (de hecho, Jesús muere poco después). Noten que el salmo advierte claramente que lo que sea que esté ocurriendo en realidad no significa abandono como lo entienden muchos, a quienes no se les enseña el sentido del clamor de Jesús en la cruz:

««Los que estén por Yahvé, alábenlo, estirpe de Jacob, respétenlo, témanlo, estirpe de Israel. Que no desprecia ni le da asco la desgracia del desgraciado; no le oculta su rostro, lo escucha cuando lo invoca».»

Biblia de Jerusalén Latinoamericana, Desclée de Brouwer, 2007, Salmo 22:24-25

Que incluso la desgracia puede ser testimonio entonces, lo demuestra el cierre del Salmo 22:

«Ante él se postrarán los que duermen en la tierra, ante él se humillarán los que bajan al polvo. Y para aquel que ya no viva su descendencia le servirá: hablará del Señor a la edad venidera, contará su justicia al pueblo por nacer: «Así actuó el Señor».»

Biblia de Jerusalén Latinoamericana, Desclée de Brouwer, 2007, Salmo 22:31-32

Significa que lo que sea que haya ocurrido, serviría de enseñanza. Como en efecto sucedió.

Eso de «por qué me has abandonado» entonces no es sino un llamado a la meditación del salmo 22, broche de cierre de la Pasión.

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